En 2013, para un reportaje de Telemundo me pidieron hablar con los tiburones ballena del Caribe Mexicano, frente a Cancún, y también invitaron a un biólogo experto en esta especie. El reportero quería contrastar nuestras perspectivas. Nos embarcamos por la mañana y navegamos hacia mar abierto por una hora hasta que encontramos a varios individuos con su característico lomo moteado y enormes (pero inofensivas) fauces.
Cuando contacté con uno de estos grandes peces preguntándole sobre cómo encontraban el alimento, cosa que el científico quería saber, el pez me explicó que había una serie de capas de distintas densidad salina dentro del mar y que el plancton que ellos comían viajaba en una de esas capas específicas que los peces podían identificar. Esto me sorprendió mucho porque hasta entonces yo había pensado que el mar era homogéneo. Pero el biólogo sonrió diciéndome: “Eso es justo lo que estamos investigando ahora”. Procedimos a una serie de preguntas que él elaboraba y yo “traducía”. Por ejemplo, ¿Cómo saben regresar a estos sitios de alimentación y de reunión si no salen a mirar las estrellas como las tortugas? ¿Qué pasa con las crías cuando son pequeñas? ¿Dónde están?
El tiburón ballena fue contestando a cada una de ellas: “existen mapas de energía magnética en el fondo del mar que nos permiten recordar y reconocer el territorio aunque vengamos desde muy lejos, esta información se va pasando de unos individuos a otros por medio de la telepatía. Las crías permanecen en zonas profundas del mar durante muchos meses protegidos de los depredadores” fueron algunas de sus respuestas.
Además, le expliqué al biólogo, “lo que en esta reunión de docenas de individuos está ocurriendo es un intercambio muy pleno de información, no se trata solo de comida”. Si los escucharas, le dije, verías que están hablando mucho entre ellos, como cuando entras a un bar y se oyen muchas voces. Están narrándose sus historias, hay algunos que han viajado desde lejos o algunos que no se ven desde hace mucho tiempo ”.
Las respuestas interesaron al científico y se quedó ponderándolas… (ve unos fragmentos de la conversación en el video siguiente).
¿Qué opinan ellos sobre el homo-sapiens?
Para ellos, habitantes desde hace millones de años en la tierra, los humanos solo somos una especie que va y viene. Los tiburones sabían que aparecíamos porque nuestra presencia afectaba el sabor de las aguas -con químicos, pero que después desaparecíamos durante mucho, mucho tiempo y el mar regresaba a su estado original y entonces aparecíamos de nuevo. “Solo son una especie más que va y viene, pero nosotros aquí permanecemos” fue el mensaje que recibí con una voz de gran autoridad marina.
Aprendí mucho hablando con el tiburón ballena por que las preguntas interesantes de los científicos provocan respuestas sorprendentes en ellos.
En mi experiencia de comunicación telepática con animales llevada a cabo desde 2003 con miles de animales de diversas especies provenientes de distintos países, he constatado que incluso entre animales en estado salvajes está la capacidad de responder a través de la telepatía lo que se les pregunta.
Agradecemos a Rafael de la Parra, biólogo experto y fundador del proyecto Ch’ooj Ajauil y a Fabio Alejo, realizador, por las imágenes para este video reportaje.
Sí quieres conocer más sobre este apasionante tema, descarga la investigación académica de Daniela Camino aquí: https://www.interespecies.com/product-page/implicaciones-%C3%A9ticas?lang=es
Cuanta sabiduría, ahora comprendo porqué me emociono estar cerca de las ballenas. Me sentí muy honrada de estar en presencia de estos seres que llevan tanto tiempo en nuestro planeta y con ese grado de consciencia. Maravilloso.
Extraordinario!